«Mi Historia en Oruro»

«Mi historia en Oruro -Bolivia» por Noemí Sánchez (Voluntariado Internacional)

Los niños de San Pablo, en Manchay, comenzaban sus vacaciones útiles .La idea era darles clases de Ingles, pero me esperaba Bolivia y tuve que dejarlos con mucha penita.

Oruro………..el altiplano boliviano .Me preguntaba que iba a encontrar allí. Sabia de la necesidad de las gentes de Perú por el terrible terremoto que azoto la zona sur del país; y conocía de primera mano sus necesidades y sueños rotos. Pero lo que encontré en Bolivia realmente me dejo helada.

Allí están sufriendo el fenómeno de «la niña».Golpea con fuerza la zona del oriente. El altiplano no esta siendo tan castigado por fenómenos naturales, pero si por la extrema pobreza que padece.

Llegue al aeropuerto del Alto, en La Paz , a las 4 de la mañana y allí estaban esperándome Abel, Walter y Hugo. Integrantes de la institución ONDI (Organización Nacional de Desarrollo Integral), con la que Eloina colabora, a través de la Federación Niños del Mundo, desde hace muchos años.
En unas 3 horas apareció ante mí el impresionante paisaje de laderas áridas y cielos cambiantes a cada rato que dan la sensación de inmensidad. Alguna que otra casita a lo lejos y rebaños de llamas y ovejas pastoreados por niños.

El soroche, mal de altura, empezaba a aparecer. Dolor de cabeza y sensación de ahogo. Oruro se encuentra a casi 4000 m . de altura y yo acababa de dejar Lima que esta a nivel del mar. Menos mal que había comprado «sorochil» antes de salir que alivia bastante los síntomas.

Y llegamos a la ciudad. Calles sin asfaltar, mercados callejeros, cholitas vendiendo en la calle con sus niños envueltos en «aguayos», la típica manta boliviana en la que los llevan cargados a su espalda.
Se supone que es verano, pero ya me explico Walter que en Oruro solo existen 2 estaciones, la de invierno y la de ferrocarril. Qué frío!!!!!!!!!!!!!!!

Me llevaron a desayunar al mercado campero .Una infinidad de puestos con todo tipo de productos, carnes, frutas, ropa, sombreros de cholitas………….en fin de todo. Y justo en medio los puestos de comidas. Deguste el delicioso «API», una especie de papilla de maíz de 2 colores que se sirve hirviendo y acompañado de pastel o buñuelo.
Ese mismo día pude comprobar que había niños pidiendo, lustrando botas, vendiendo, algunos sin zapatos.
Cuando llegamos a ONDI, todos estaban esperándome. El recibimiento fue genial. Su equipo es estupendo; Celia, Romy, Adela, Nelly, Mirta, Liboria, Dr.Coca, Dr.Patty, Dr.Miguel, Dr.Nino, etc.
Hasta el año pasado tenían un proyecto de atención médica en la zona rural y peri urbana. Actualmente trabajan en el poli consultorio, sin proyecto, cobrando lo mínimo pero con una dedicación realmente asombrosa.

Me prepararon una linda habitación y a la mañana siguiente me levante muy temprano y fui al mercado campero, esta vez sola para desayunar y tomarle el pulso a la ciudad.
Vi a un chico de unos 13 años delgado con la cabecita más grande de lo normal, síntomas inequívocos de desnutrición.
Pedía a una carnicera que le vendiera 50 centavos de grasa, sin nada de carne. Al decir que le aumentara un poquito, la señora de muy malas maneras le dijo que ya tenia suficiente. Se llego a otro puesto a comprar 50 centavitos de arroz para perros, que aquí es como la harina.
Le llame para que se tomara un «API» calentito y estuvimos hablando. Es huérfano y se ocupa de dos hermanos menores. Trabaja limpiando coches y gana dos bolivianos diarios. Menos de 20 cent. de euro. Por supuesto ninguno de los tres esta escolarizado, pero os imagináis què harán cuando se enfermen?
Quedamos en vernos al día siguiente para ver qué podíamos hacer. Lamentablemente no he conseguido volver a encontrar.

Estas situaciones se presentan aquí en la ciudad. En la zona rural peri urbana y minera la situación se agrava considerablemente.
Los menores trabajan desde los 5 años y el aporte económico a sus familias es importante porque tienen un sustento diario gracias a ellos.
La remuneración es mínima aunque realizan trabajos de más de 10 horas y hay veces que solo comen una vez al día. No tienen acceso a la salud y por lo tanto no esta garantizada su vida. Muchos viven en la calle expuestos a todo tipo de violencia sexual, física, psicológica, etc.

Y entre las peores formas de trabajo infantil esta la minería artesanal. Estos niños ayudan a sacar el mineral que queda, arañando con sus manitas las entrañas de la tierra como si estuvieran cavando su propia tumba.
Lo más difícil es salir del fondo y escalar toda la subida con la pesada carga del mineral sobre su espalda.
Mascan coca, fuman cigarrillos y toman alcohol puro a pequeños sorbos, imitando a los mineros adultos. De esa manera se preparan para volver a pasar un duro día en la mina donde el oxigeno escasea.
Los más pequeños ingresan a gatas, hundiéndose en el fango pestilente. Se les llama «chivatos» y cargan a la espalda dinamita, coca y herramientas.
La falta de oxigeno y el polvillo intoxicante les afecta en todo el organismo, especialmente en el cerebro y pulmones. Los insoportables ruidos de las explosiones y las perforadoras son causa de una temprana sordera. Derrumbes, humedad, radiaciones…………….Si un niño trabaja en la mina es muy probable que muera a los 40.
Todo es un problema pero no hay dinero y hay que ayudar a la familia.
Botas viejas, guantes rotos, un pantalón grueso y nada más. No tienen ropa de protección para trabajar en la mina y no van al medico porque no hay ni tiempo ni dinero.

Un mes en Bolivia visitando casi 50 «centros de madres» que dependen de ONDI. Se reúnen un día a la semana para hacer todo tipo de trabajos manuales: Croché, macramé, bordados, pintura en tela, repostería, panecillos, etc.
Son muy trabajadoras e intentan vender sus labores para llevar algún dinero a casa pues la ocupación laboral escasea.
Agradecen infinitamente toda la ayuda que les llega a través de Federación Niños del Mundo y Fundación Eroski.
Toda donación es bienvenida para sus familias. Tienen muchos hijos, algunas viudas o madres solas y si a duras penas les alcanza para comer, para escolarizar o dar salud a sus hijos simplemente no hay.
Al no poder curar sus enfermedades a través de la medicina tradicional, llevan a sus pequeños al «yatiri”, curandero que solo emplea remedios naturales. Cuando acuden al medico ya es tarde y muchos de los pequeños mueren.
Asistí al velatorio de una pequeña de 2 añitos, cuarta hija de una madre de 25 años abandonada por su esposo. Cuando acudió a ONDI, el Dr.Coca no pudo hacer nada por ella, desgraciadamente.

En Machacamarca, una población rural a una hora de Oruro, visite un «centro de madres» bien humilde. Por una esquinita aparecieron 3 niños de la mano. El más pequeñín de unos 3 ò 4 años no llevaba zapatos, y no os imagináis el frío que hacia. Su carita congelada y sus ojos bien tristes.
LLegaron solitos y no pertenecían al centro pero igualmente les dejamos ropa y calzado. Esas fotos llegaron a España y a través de Federación Niños del Mundo ya tienen padrinos.
Me acerque otro día para averiguar sus nombres y donde Vivian y al dar una vuelta por el pueblo encontré a otros 3 niños sin calzado. Llevaba la ropa y los zapatos de Fundación Eroski y no sabéis que contentos se pusieron.
Y comenzaron a aparecer niños por la plaza, unos descalzos y otros con unas chancletillas nada apropiadas para ese clima. Hable con una madre joven de 6 hijos y me dijo que no había para calzarlos a todos .Esta es la cruda realidad del área rural.

Florencia de 32 años tiene 6 hijos y ninguno esta escolarizado (13, 10, 8, 5,4 y 1 año).
Joselyn, la mayor, ya esta trabajando en una pensión, expuesta a que algún tipo sin escrúpulos abuse de ella.

Visite un centro escolar donde una niña de 12 años preguntaba si podía jugar basket. ¿Por qué no vas a poder?-Es que estoy esperando familia-
¿Qué futuro espera a una niña-mamá en Bolivia?

A las mamás de los centros les gustaría tener capacitación para perfeccionar sus trabajos. Hay algunos realmente buenos y de calidad. Tienen ilusión, ganas, fuerza y coraje.
La mayoría de ellas utiliza material reciclado para hacer sus manualidades. Deshacen chompas de segunda mano y con su lana realizan bonitas alfombras, tapetes y jerséis.
Venden panecitos en el mercado. Con botellas de plástico hacen adornitos.
Les hacen falta hornos, material de macramé, hilo, lana, tela, harina, azúcar, cinta………y todo tipo de utensilios relacionados con su trabajo.
Les gustaría exportar y poder vender en su ciudad. Son admirables. Luchadoras natas!!!!

Debido al fenómeno de » La Niña » y las heladas, granizos y sequías en el altiplano, la producción anual de sus cosechas se perdió en un 80%.A raíz de esto los productos han subido casi el doble y la situación se hace insostenible. Necesitan víveres.

Qué decir de los ancianos. Muchos no tienen derecho a pensión y deambulan por las calles pidiendo o vendiendo unos limoncitos o papitas. Sus caras llenas de arrugas y sus bocas verdes de tanto mascar coca para olvidarse del frío, del hambre y del miedo a morir solos en cualquier esquina.
Emigraron de las duras condiciones en el área rural para encontrar soledad y abandono.

Los barrios alrededor de la ciudad se denominan «áreas periurbanas». Carentes de todo tipo de saneamiento básico, red de agua potable, desagüe, luz.
Grupos humanos expuestos a todo tipo de enfermedades por la falta de postas o centros de salud.

No todo ha sido duro. Una vez que exponían sus necesidades, las mamás nos hacían una fiesta con todo tipo de comidas. Antes de visitarlas les decíamos que no hacia falta, son de escasísimos recursos y les suponía un gran esfuerzo. Pero no hacían caso y era raro el centro en el que no te ponían el «sharquecan». Delicioso plato típico a base de carne de llama.
También su carnaval es una maravilla. Patrimonio oral e intangible de la humanidad……….casi nà!!!!!!
Solo dura dos días en los que se olvidan de todos sus problemas y necesidades.
Una vía de escape hecha arte y devoción a su «Mamita del Socavón».

«Ay mi Oruro,
mi linda ciudad.
Ven a mi tierra
de amor y carnaval»

No te olvido…………no nos olvidemos, cualquier aportación por mínima que sea es bienvenida.

Noemí